viernes, 16 de marzo de 2012

Objetivo: proteger Tito Bustillo

El Principado tiene previsto acometer entre este año y el que viene un estudio para determinar el estado de la cueva

Proteger la cueva y las pinturas de Tito Bustillo. Con este objetivo el Principado tiene previsto acometer a medio plazo un estudio global que le permita saber qué elementos están afectando negativamente a su conservación, en caso de que los haya, y cuál es su nivel de incidencia, si es que la hay. Así lo indicó ayer el nuevo director del Museo Arqueológico de Asturias, José Javier Fernández Moreno, quien confirmó que sí existe la voluntad de llevar a cabo ese estudio, aunque aún no se sabe si se hará a lo largo de este año o del próximo.

«Las pinturas de Tito Bustillo no han llegado hasta nuestros días así como así. Se han conservado en unas determinadas circunstancias y con ese estudio queremos conocer las condiciones de la caverna y ver qué clase de contaminación le puede afectar y alterar su situación», explicó Fernández Moreno, en referencia a la posible entrada de gases o de otros elementos que puedan afectar a la atmósfera de la cavidad, sin olvidar las variaciones de temperatura.

El director del Museo Arqueológico de Asturias indicó que la idea es hacer un «proyecto global» que, además de las condiciones en el interior de la cueva de Tito Bustillo, analice las de otras grutas de la región, tanto las que están abiertas al público, como las cerradas. «En las comunidades de la Cornisa Cantábrica, País Vasco, Cantabria y Asturias tenemos un bien que son las cuevas del Paleolítico. Las de las otras regiones nos aportan información a nosotros y viceversa, con el fin de que sirva para uso y disfrute del arte rupestre», señaló Fernández Moreno, quien explicó que los estudios que se quieren realizar en las cuevas asturianas «sirven para conocer cuál es su situación y luego, con esos datos empíricos, poder tomar las decisiones que sean necesarias».

Fernández Moreno quiso dejar claro que la realización de esos estudios no implica que en el futuro se vaya a cerrar la gruta riosellana a las visitas del público general. De hecho, lo que se busca es conocer cuánta cantidad de luz se puede utilizar en su interior o el tiempo máximo que se puede estar dentro de la caverna sin alterar sus condiciones ambientales.

Por el momento, y hasta que se lleven a cabo esos estudios, ya se ha reducido el número de personas que pueden entrar a la vez en la cueva y también el tiempo que éstas están dentro para alterarla lo menos posible. El cupo previsto es de 150 personas al día repartidos en diez grupos de quince personas que realizan un recorrido con una duración estimada de 45 minutos.

De lo que no hay hasta el momento previsión es de realizar nuevos trabajos de investigación en el interior de la caverna riosellana. Al menos al director del Museo Arqueológico de Asturias no le consta que se haya realizado ninguna petición al respecto.

El Comercio Digital (Asturias)

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