Aunque en los años cincuenta del pasado siglo la cueva fue excavada por Bartomeu Enseyat y el Pare Veny, ha sido ahora, en una segunda fase de excavación, cuando los citados arqueólogos han concluido que esta cavidad abierta en la roca, cuya entrada tiene forma de vagina, no fue un lugar de habitación, sino de «culto», comenta Deyà. Se trata de una cueva que mide 3 x 2,5 metros «difícil para vivir, ya que es muy húmeda y en invierno se llena de agua». Pero lo que realmente «demuestra que se le quiso dar importancia, más valor, es el enlosado interior», del que salieron a la luz hasta tres superpuestos.
Por otra parte, estos expertos, que, sobre todo, excavaron en la tierra sacada al exterior de la cueva en el siglo pasado, han descubierto abundancia de material que «remarcaría» esta dedicación a un culto «que podría ser a la fecundidad, a la tierra, al ciclo de la vida; en este sentido, también debemos tener en cuenta la forma de la entrada, que asemeja a una vagina», apunta Deyà. Muchos huesos de animales, «el noventa por ciento de cabra», con unas marcas características «que no son sólo de descarnación, sino de colgar parte del animal»; cuchillos de sílex; elementos colgantes; botones de hueso, bolas de ocre o dientes de tiburón son parte de esos materiales hallados, junto a cerámica y las citadas losas, que también tiene dibujos figurativos incisos. De estos dibujos en las losas no se conocen paralelismos en Balears. El lugar vivió su mayor esplendor «en el calcolítico».
Fuente: Mariana Díaz ultimahora.es/
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Figura 3. Losas con escenas de sexo grabadas. |
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