martes, 26 de junio de 2012

Los primeros artistas

Por Camilo José Cela Conde

Uno de los pasos cruciales en la evolución del linaje humano tuvo lugar cuando nuestros ancestros llevaron la construcción y uso de herramientas al espacio del simbolismo, la policromía y, en suma, las representaciones artísticas del mundo. Verdad es que ese último paso hacia la consideración actual del arte como parte importante de nuestras vidas se dio hace un suspiro, si hablamos en términos arqueológicos. Aunque existen en África, con más de cien mil años, pigmentos y tallas cuyo significado puede considerarse artístico, la proliferación del arte rupestre se produjo con la entrada de los cromañones —Homo sapiens— en Europa. Fueron ellos, según opinión muy generalizada, los autores de las policromías magníficas de las cuevas del sur de Francia y el norte de España.

Un trabajo dirigido por Alistair Pike, del departamento de Arqueología y Antropología de la universidad de Bristol (Reino Unido), al frente de un equipo en el que figuran investigadores de distintos centros españoles, ha dado cuenta en la revista Science de una nueva datación minuciosa llevada a cabo en muestras de arte rupestre de once cuevas del Paleolítico Superior de Cantabria y Asturias, incluyendo las de Altamira, Tito Bustillo y El Castillo. Los resultados obtenidos mediante la técnica de análisis de las series de uranio ofrecen unas edades superiores a las tenidas hasta ahora por buenas. Al simbolismo más antiguo se le había otorgado, por el método del carbono 14, una fecha de 36.950 años correspondiente a la cueva de Morín, en el municipio de Villaescusa. Pues bien, las muestras obtenidas por encima de un disco punteado en rojo procedente del Panel de las Manos de la cueva de El Castillo (Puente Viesgo, Cantabria) tienen, de acuerdo con los análisis de Pike y colaboradores, 41.400 años con un intervalo de confianza de 570 años. La huella de una mano silueteada, en la misma cueva, alcanzaría 37.630 años, con un margen de 340.

Ese traslado hacia atrás en el tiempo lleva a conclusiones interesantes. Indican la presencia de manifestaciones artísticas anteriores en 4.000 años a las de la cueva de Chauvet (Francia), retrasando la primera llegada de los humanos modernos a Europa. En términos culturales, se trata de objetos y marcas del primer auriñaciense, anteriores a la cultura gravetiense y sin las pinturas realistas de animales propias de esta última. Unas muestras tan antiguas permiten plantearse, como hacen los autores del trabajo comentado, quiénes habrían sido en realidad los protagonistas de la realización de esos símbolos. Si los discos e impresiones de manos de El Castillo fueron hechos por humanos modernos, la entrada en Europa debió ser anterior a lo hasta ahora supuesto. Pero hay una alternativa posible. Se sabe ya que la cultura chatelperroniense de los neandertales incluye en ocasiones objetos decorativos, incluyendo conchas perforadas —con la Cueva de los Aviones de Murcia como mejor ejemplo. Tal vez fuesen también los neandertales los primeros artistas de Cantabria.

diariodemallorca.es

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