domingo, 15 de julio de 2012

Con Miguelón llegó la fama

El por entonces redactor de Diario de Burgos Juan Ángel Gozalo escuchó aquella tarde que en Ibeas de Juarros corría el champán. Algo muy gordo tenían que haber encontrado los científicos de Atapuerca para que lo estuvieran celebrando sin disimulo. Había que enterarse de qué era y lo suyo le costó, pero finalmente logró adelantarse un día a la rueda de prensa del 23 de julio en el que fueron presentados dos cráneos «de más de 200.000 años». El equipo dirigido por Juan Luis Arsuaga había encontrado en la Sima de los Huesos piezas de enorme valor.

Se cumplen ahora 20 años de la campaña de excavaciones de 1992, un hito en la historia de Atapuerca porque por primera vez colocó a la sierra burgalesa en el escaparate mediático mundial y porque confirmó que los yacimientos tenían un potencial extraordinario. A la vista de las evidencias de los años anteriores, todos los expertos sabían que en las entrañas de ese monte había un tesoro, pero Miguelón fue su primera imagen universal.

Bautizado así en honor a Miguel Indurain, el ciclista navarro que por entonces ganaba su segundo Tour de Francia, el técnicamente conocido como ‘cráneo número 5’ es un neurocráneo y la mandíbula (encontrada un año después) de un individuo del Pleistoceno Medio de la especie Homo Heidelbergensis. Estaba enterrado bajo piedras y arcilla acumuladas durante decenas de miles de años al fondo de la Sima de los Huesos, un verdadero paraíso de los fósiles por su abundancia y su estado de conservación.

Su datación ha ido variando con el paso de los años, pues desde esos 200.000 años de los que se hablaba inicialmente se pasó a 300.000, luego se incrementó hasta 600.000 y recientemente los últimos estudios lo han rebajado a 500.000, debates científicos incluidos, como el que a principios de junio aireaba el periódico inglés The Guardian. Aunque pudiera variar la edad, su importancia está fuera de toda duda... diariodeburgos.es

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