domingo, 29 de julio de 2012

Patrimonio asturiano bajo tierra

  • Las necesidades de conservación impiden visitar Llonín y Covaciella, y limitan el acceso a Tito Bustillo, Pindal y Candamo.
  • Algunas cuevas patrimonio de la UNESCO acusan falta de promoción, mientras el Parque de la Prehistoria palidece ante la réplica de Altamira
Hace decenas de miles de años, alguien pintó en sus paredes sin saber qué sería de su obra. Hoy, cinco de esas cuevas asturianas son Patrimonio de la Humanidad, a pesar de su vida dispar: desde espacio para curar quesos hasta cuarteles de batalla en la Guerra Civil; desde museos bajo tierra hasta joyas enterradas. Algunas se han convertido en reclamo turístico; otras, en tesoros semiolvidados. Todas, en un recurso escaso, exquisito y difícil de explotar.

De Tito Bustillo, Candamo, Pindal, Llonín y Covaciella, las cinco cuevas que la UNESCO ha reconocido como Patrimonio de la Humanidad o Mundial, incluidas en el sitio que encabeza la cueva de Altamira, tres son visitables. En condiciones, eso sí, muy controladas. Una de ellas, de hecho, la de Tito Bustillo, en Ribadesella, podría contener, según las últimas dataciones realizadas, arte de hasta 34.000 años de antigüedad, que se puede tener al alcance de la mano... Pero sin tocar bajo ningún concepto para no deteriorarlas, como explica uno de sus guías, Miguel Polledo: «Tito Bustillo lleva acondicionada para la visita desde los años 70, por un camino delimitado y claramente marcado, durante el cual el guía tiene control estricto del grupo». Hasta la respiración es una amenaza.

Estos grupos, de diez personas máximo, forman parte de una experiencia limitada a 150 visitantes diarios, que deben, según recomienda Polledo, «llamar con 15 días de antelación como mínimo si quieren tener alguna opción de organizarse». Permanece abierta de octubre a marzo, pero no permite contemplar, paradójicamente, algunos de los elementos por los que es más conocida: Tito Bustillo contiene doce conjuntos, de los cuales solo se pueden visitar dos. Fuera queda, por ejemplo, el Camarín de las Vulvas, que se encuentra en un área cerrada desde 1976.

Dado ese desgaste, que obliga a cerrar salas o cuevas completas (es el caso de Llonín, en Peñamellera Alta, y de Covaciella, en Cabrales), el Principado de Asturias abrió en 2007 el Parque de la Prehistoria de Teverga (bajo Gobierno socialista), donde sí se puede contemplar, entre otras muchas piezas, una reproducción del Camarín de las Vulvas. Con una afluencia de público, además, teóricamente ilimitada: en sus dos primeros años de vida alcanzó la cifra de 100.000 visitantes... elcomercio.es

La réplica de la cueva de Lascaux recibe 250.000 visitas al año

No todo son vinos, quesos, castillos, escritores y buena mesa: la región francesa de la Dordoña, en el sudoeste del país, exprime su propia cueva de Altamira, Lascaux, con toda la fruición posible, y con una estrategia política y cultural bastante diferente a la española.

La monumental gruta, con unas elevadas condiciones de humedad que han mantenido su contenido prácticamente inalterado desde hace 18.000 años, es el núcleo de otras 15 y de 147 yacimientos que la UNESCO reconoce, en su conjunto, como Patrimonio Mundial o de la Humanidad. Lascaux, de cuyo descubrimiento se cumplieron siete décadas hace dos años, tuvo que ser cerrada al público en 1963 debido a la elevada afluencia de público (un millón de visitantes en los 15 años anteriores habían empezado a degradar los restos). Unos años más tarde se puso en marcha el proyecto Lascaux II, una reproducción facsímil de la sala de los toros y del divertículo. La iniciativa, privada, fue terminada con dinero público y abierta a los visitantes en 1983, a apenas 200 metros de donde se encuentra la original. Hoy, según la oficina de turismo de la región, recibe 250.000 visitantes al año... elcomercio.es

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