domingo, 2 de septiembre de 2012

«El Museo del Sidrón está aparcado, no muerto»

Adolfo Rodríguez Asensio Director general de Patrimonio Cultural

Profesor de la Universidad de Oviedo, especialista en prehistoria y apasionado buscador de las verdades que encierran las entrañas de la tierra, ha vuelto a dejarse envolver por los enormes ventanales del edificio Calatrava que no tienen -advierte desesperado- mecanismo de apertura. Y está Adolfo Rodríguez Asensio atrapado en ese gigante arquitectónico porque ha regresado a las filas de la política, a su antiguo puesto de director general de Patrimonio Cultural. Lo hacía a la vez que el verano llegaba a los calendarios y asume que mientras en su despacho se quería caminar hacia adelante, fuera «el país ha estado de vacaciones».

-Los trabajos de excavación han vuelto a la cueva del Sidrón. ¿Hasta cuando está asegurada la financiación de la investigación?

-Hasta 2014, con una aportación de algo más de 80.000 euros anuales. Pero el fin no son solo las excavaciones, que no creo que requieran muchas campañas más, sino la realización de estudios antropológicos y geológicos del yacimiento.

-El anterior Gobierno rechazó de plano la creación del Museo del Sidrón, ¿ustedes lo retomarán?

-Está claro que ahora no podemos siquiera hablar de él. Estando las cosas como están...

-Pero ¿y cuando dejen de estar? La crisis no puede durar siempre.

-Hombre lo que está claro es que si la crisis acaba se retomarán los planes. El proyecto del Museo del Sidrón está aparcado, pero no muerto. Ahora bien todavía habría mucho que hablar. Los expertos deben decidir cuál es el mejor discurso a plantear, cómo se podrían poner en valor todos los hallazgos sobre el hombre neandertal y el conocimiento que ha arrojado la investigación en la cueva de Piloña.

-Una de las últimas teorías sobre los neandertales es que pudieran estar en el origen de las pinturas de cuevas como la de Tito Bustillo ¿Qué opina de esto?

-Lo niego rotundamente. Estoy totalmente en contra de esas teorías, que no prueban más que con los neandertales se vive un efecto péndulo. Ha pasado de ser sinónimo de insulto, de bruto y horrible a listo y guapo. Vamos que ahora parece que a un neandertal le pones traje y corbata y le colocas en un autobús y nadie notaría la diferencia con un hombre moderno. Ni eran tan brutos ni tan listos, y desde luego no tenían capacidad artística.

-Las conclusiones se adoptaron tras unas pruebas con uranio que databan las pinturas asturianas 35.000 años atrás.

-Y esas dataciones son interesantísimas. Todos los datos nuevos lo son, pero no olvidemos que neandertales y homo sapiens convivieron juntos muchos años. Para que yo me crea que los neandertales tenían capacidad de pintar tendrían que traerme pruebas concluyentes.

-En Asturias hay 50 cuevas cargadas de historia, de pinturas o de grabados. Pero solo se está trabajando en el Sidrón.

-Es la única que se ha librado de la crisis. La única, de las cincuenta, que tiene los recursos asegurados.

-Sin embargo en la cueva de la Peña de Candamo van a intervenir próximamente ¿no?

-Sí, con dinero del Ministerio de Cultura, que abrió una convocatoria para cavernas declaradas patrimonio de la Humanidad. El Ayuntamiento de Candamo se presentó y consiguió financiación. Tenemos que quitar las barandillas de hierro que están oxidadas, cambiar la instalación eléctrica y también una pequeña escalinata que se realizó en tiempos de Menéndez Pidal para acceder a la galería de las pinturas y que parece de la cabaña del Tío Tom. Pero sobre todo queremos levantar del suelo una capa de escoria que se echó para evitar la humedad y que está siendo contaminante.

-¿Peligrarán las pinturas con tanta intervención?

-Tenemos que trabajar de manera que no se provoque ni siquiera polvo para que no les afecte. Hay que estudiar técnicamente la manera. Aprovechando esta intervención también queremos colocar unos medidores de temperatura y humedad para tener referencias detalladas y conservar mejor el conjunto.

-¿Esos medidores solo se pondrán en la cueva de la Peña?

-En realidad queremos colocarlos también en el Pindal, en Tito Bustillo, Llonín y la Covaciella. Pero tendrán que hacer una valoración los técnicos de la Universidad.

-¿Qué importancia tiene la Universidad en todo el entramado?

-Toda. De nosotros depende una voluntad de investigar, conservar y difundir, pero está en manos de los técnicos de la Universidad que podamos llevar a cabo los proyectos. Necesitamos crear un convenio marco con la institución académica para seguir investigando, que es uno de los pilares de nuestro reto global y también poder conservar con eficacia, otro de los objetivos.

-¿Cómo influyen las visitas a las cuevas en su conservación?

-También ahí tiene importancia la participación de los expertos de la Universidad. Ellos son los que tienen que valorar. Yo me sigo preguntando ¿podremos mantener Tito Bustillo abierto ocho meses al año? Tenemos que analizar la situación.

-¿Es el único elemento que interfiere?

-Hay otros factores fundamentales básicos, como las plantaciones de eucaliptos sobre las lomas donde están metidas las cuevas. Dañan de tal manera los legados, que, por ejemplo, en las Pedrosas, hay raíces de metros de largo dentro de la cueva. Ahora estamos estudiando la fórmula más adecuada para evitar ese hecho en concreto. Pero hay más, Tito Bustillo se inunda por las crecidas del río San Miguel y esas aguas llegan con materia orgánica dañina. Sin ir mas lejos al Pindal llega el mal olor de una ganadería cercana, que vaciaba sus cuadras por esa zona.

-¿Hay cuevas que permanecen cerradas no por peligro, sino por falta de demanda?

-Sí y estamos pensando, precisamente, en crear un sistema de visitas a demanda, para no tener a una persona, por ejemplo en la cueva de la Lluera, que volveremos a reabrir, esperando a que vaya alguien.

-¿Y esas peticiones dónde se deben hacer?

-En el Museo Arqueológico. En realidad las cuevas deben ser entendidas como salas externas del museo y es el museo el que debe centralizarlo todo. Estamos pensando crear desde allí ciertas rutas, por ejemplo, por el arte grabado de las cuencas del Nalón.

-Por cierto, ¿como va el catálogo de bienes patrimoniales? En 2001 se firmó un convenio para tenerlo culminado en 2011.

-Tenemos que hablar en plural. Son varios catálogos. Los arqueológicos, los de bienes monumentales, el etnográfico, el de arqueología industrial. Lo cierto es que unos están mucho más avanzados que otros, pero una de nuestras prioridades en la Consejería de Cultura es presentar una primera fase dentro de muy poco tiempo. Ahora bien no hay que olvidar que un catálogo siempre debe quedar inacabado, porque debe ser susceptible de ser ampliado en cualquier momento.

-¿Cuál está más adelantado?

-El de bienes arqueológicos. La carta arqueológica de Asturias está casi concluida, pero no es perfecta, se ha hecho por concejos y en unos está genial y en otros es un desastre. También está bastante avanzado el catálogo de bienes monumentales.

-Y hablando de catálogos, ¿que sabe del inventario de bienes del Tabularium Artis Asturiensis?

-No hemos vuelto a saber nada, pero si le puedo decir que mi predecesor en este cargo en el Gobierno anterior estaba muy directamente vinculado con la colección y no se dio un solo paso adelante.

-¿Lo dan por perdido?

-No, seguimos estando interesadísimos, pero le recuerdo que solo llevo dos meses en el cargo y han sido dos meses en los que el país ha estado de vacaciones.

-Un parón que parece haber contagiado a las obras de ampliación del Bellas Artes?

-Van muy lentas, pero van.

-¿Ya ha tomado una decisión para mostrar los restos hallados en su subsuelo?

-Sí, queremos que los restos de la fuente y algún agujero de poste de estructura de casas medievales que se conserva pueda ser contemplado a través de una especie de urna de cristal. No será bajo un suelo de cristal que podremos pisar, como se pensó en un principio. Ahora bien lo que quiero es que ese conjunto histórico pueda verse desde la calle. Su proximidad a la calle de la Rúa lo hace factible y seguramente así quedará. PACHÉ MERAYO / elcomercio.es/

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