jueves, 27 de septiembre de 2012

El negocio del «Paraíso Rupestre»

La falta de presupuesto y la ley que impide contratar a los municipios hacen que la gestión privada sea una opción para mantener abiertos los equipamientos - La Cueva de La Peruyal, en Onís, recibió casi 500 visitas en mes y medio y dejó algo más de 1.000 euros en concepto de tasas a las arcas municipales

Ni los habitantes de la Prehistoria contaban con que su mundo fuera a ser un reclamo turístico en el futuro ni los promotores del «Paraíso Rupestre» pensaron que, pocos años después de la puesta en marcha de este proyecto, habría una situación económica tan diferente. La iniciativa se presentó en 2003 y la mayoría de los equipamientos están hechos. Pero necesitan personal y mantenimiento, unos gastos que los municipios -titulares de las instalaciones, salvo en el caso del Centro de Arte Rupestre Tito Bustillo, en Ribadesella- no pueden afrontar [...] La Nueva España

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