martes, 7 de mayo de 2013

Varios petroglifos de Ames sufren graves actos vandálicos

Las pintadas alteran los restos arqueológicos de Vilar, en Ortoño


Los restos arqueológicos de Vilar, en la parroquia amiense de Ortoño, cerca de Bertamiráns, han sufrido graves actos vandálicos en los últimos días, según hizo público ayer el partido nacionalista Ames Novo, que recibió la información de un grupo de voluntarios que está catalogando distintos elementos patrimoniales de Galicia y que detectó el incidente el pasado día 3.

Los petroglifos fueron localizados en el año 2006 durante los trabajos previos de la autovía AG-56. Tras su hallazgo, estos restos arqueológicos, que datan del período prehistórico de la Edad de Bronce, quedaron catalogados como Bien de Interés Cultural, lo que convierte el incidente en un atentado en toda regla contra el patrimonio de Galicia.

Pero este reconocimiento no derivó en la toma de medidas de protección de los restos, parte de los cuales ya quedaron cercenados como consecuencia de las obras de la autovía, cuyo trazado discurre sobre el conjunto arqueológico. Y aparte de los incidentes de los últimos días, se ha constatado que, posiblemente por desconocimiento, hay personas que practican motocross en ellos, lo que multiplica su deterioro.

Ante la aparición de las manchas de pintura, Ames Novo, que ha distribuido por las redes sociales fotografías de los daños aportadas por los investigadores, alerta «da frecuente barbarie que está producíndose sobre o noso patrimonio de forma impune». Además, Pilar Candocia, edila de esta agrupación nacionalista, ha dado traslado de los hechos a la Dirección Xeral de Patrimonio y al Concello de Ames.

El Concello de Ames también se ha hecho eco de este atentado cultural notificando lo ocurrido a Patrimonio, que deberá pronunciarse sobre la importancia de los daños y la reversibilidad de los mismos.

El conjunto de Vilar estaba formado por cinco rocas de distintas dimensiones, aunque una desapareció como consecuencia de las obras de la autovía. En las cuatro que quedan se perciben claramente distintos grabados. Para los expertos resulta llamativa su ubicación en la zona baja del Val de Amaía, ya que se trata de una de las pocas estructuras rocosas en un terreno de suelo fundamentalmente sedimentario. Los petroglifos, que no tienen ningún tipo de identificación, también destacan por su tamaño. Emma Araújo / lavozdegalicia.es/ / Link 3

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