El proyecto reunirá a medio centenar de especialistas, desde arqueólogos a antropólogos y geólogos. :: SUR |
«Cuando salga a la luz será un hito». Lo advierte con la
solemnidad del que se sabe ante un descubrimiento de primer orden Julián
Ramos, el arqueólogo responsable de los trabajos en el yacimiento, por
cuyos límites pasan a diario miles de coches. Quizás, en el trasiego
cotidiano, muchos no reparen en este pequeño rincón de la historia que
se alza justo al lado de la Fábrica del Cemento, pero las excavaciones
en La Araña aún tienen mucha tela por tejer. O capítulos por escribir,
según se mire. El próximo está a las puertas, y en él medio centenar de
especialistas de todas las áreas (arqueólogos, geólogos, antropólogos e
incluso estudiantes) sacarán a la luz el devenir de la evolución humana
con un margen de error cronológico casi nulo, un dato importante si se
tiene en cuenta que con la perspectiva de miles de años es posible que, a
veces, bailen unos cientos.
En concreto, el equipo que dirige Ramos se dispone a poner
el foco sobre la extraordinaria vitalidad de un enclave que el
especialista califica de «ideal» para las diferentes colonias de
pobladores. Porque antes de que aficionados a la escalada y
excursionistas más o menos cuidadosos ocuparan parte de esta zona
limítrofe con el Arroyo Totalán, sus antepasados ya supieron valorar las
bondades de esta parte del litoral mediterráneo. En primer lugar, por
el clima, con unas condiciones ideales de vida «que no les obligaban a
abandonar los asentamientos en caso de glaciación, como sí ocurría en
Centroeuropa» –observa Ramos–; en segundo lugar por la abundancia de
recursos, tanto en caza como en pesca y, por último, por la
confortabilidad general de un hábitat que además escondía grandes
cantidades de sílex, el material base para las herramientas.
Todas estas condiciones se mantuvieron, según la hipótesis
de los responsables del yacimiento, desde la Edad del Cobre (3.500 años
antes de Cristo) hasta los preneandertales (hace medio millón de años).
Aunque también fue habitada por medievales y romanos –hay restos que así
lo atestiguan–, el grueso de la investigación que a medio plazo
devolverá la vida a esta inmensa cápsula del tiempo está centrada a la
Prehistoria. Ahí, una vez que se inicien las excavaciones en el flanco
Este del Complejo del Humo (uno de los seis del yacimiento y el más rico
de todos), los especialistas comenzarán a desmadejar los datos que
ocultan cada una de las capas de sedimentos. «Las más bajas se
corresponden a los pueblos más antiguos, y las más altas, a los más
recientes», aclara Ramos, convencido de que esa ladera del yacimiento
esconde más de un tesoro, sobre todo en las cuevas superiores, donde los
primeros pobladores de este espacio enterraban a sus muertos.
Todo por excavar
La zona más oriental del complejo arqueológico sólo fue
excavada en 1982, cuando se construyó la autovía, y los trabajos se
limitaron a estudios de urgencia que garantizaran que las obras no
dañarían nada importante. Ahora, tres décadas después, empieza una de
las investigaciones más ambiciosas del yacimiento, que podría
prolongarse hasta seis años (renovables). Baste destacar que centros
especializados de media Europa siguen con extraordinario interés los
detalles del proyecto, que una vez redactado afronta un periplo mucho
menos romántico que el del trabajo a pie de veta: los permisos
administrativos y la financiación. En ambos casos la respuesta depende
de la Junta de Andalucía. Los primeros están casi garantizados, pero el
asunto de la partida presupuestaria es un hueso tan duro de roer como
los que Ramos lleva años desenterrando de las cuevas de La Araña. Aun
así, el director de las excavaciones está dispuesto a reducir al mínimo
el capítulo de gastos y asumir el reto de la mano de un equipo de
especialistas y voluntarios que, como él, no quieren cerrar este libro
de la historia sin haber escrito hasta la última página. diariosur.es/
No hay comentarios:
Publicar un comentario