lunes, 25 de noviembre de 2013

La red de colaboración científica de Atapuerca ha convertido al yacimiento en una gran infraestructura

El complejo de Atapuerca (Burgos) se puede ver como una instalación unida a una fuente de datos única  –su registro arqueológico–, con un gran impacto científico internacional y también socioeconómico regional y a escala estatal indiscutible. Esto la ha convertido en una gran infraestructura de investigación científica (LSRI), deviniendo a la vez un caso muy especial dentro de esta catalogación.

Detrás de todo este despliegue hay una red de colaboración científica que se empezó a modular, tal como la conocemos hoy en día, a inicios de la década de los noventa del siglo pasado, cuando asumieron la codirección del proyecto del arqueólogo Eudald Carbonell junto con los paleoantropólogos Juan Luis Arsuaga y José Mari Bermúdez de Castro.

Ahora, un artículo publicado en la revista Scientometrics recoge como se ha ido desarrollando esta red científica, en el periodo comprendido entre 1991 y 2011. El estudio se enmarca en uno de los objetivos de las líneas de actuación del área de socialización de Atapuerca que pretende analizar el impacto científico del programa de investigación llevado a cabo en el entorno de estos yacimientos durante las mencionadas décadas. [...]  agenciasinc.es/

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