viernes, 13 de diciembre de 2013

Glozel, el yacimiento de la controversia

El caso de falsificación más famoso de la arqueología francesa desencadenó una de las polémicas más virulentas de la historia de la ciencia

3/7. Piezas de arte mueble glozeniano.
La historia de la polémica arqueológica más célebre comenzó con el tropezón de una vaca. El hallazgo de unos extraños artefactos en una tierra de labor en Glozel, una aldea del departamento francés de Allier, que parecían demostrar la existencia de una civilización desconocida dotada de escritura en Francia en pleno Neolítico desembocó en una polémica sin precedentes en la que la cortesía científica brilló por su ausencia demasiadas veces y en la que no faltaron los juicios por difamación y estafa.

El 1 de marzo de 1924 Émile Fradin, un campesino de 17 años, trabajaba con su abuelo Claude Fradin en un terreno de su propiedad, una campa situada cerca de la granja familar, cuando la vaca que les servía de animal de tiro dio un mal paso. Una de sus patas se había hundido en el suelo. Émile inspeccionó el agujero y descubrió una especie de fosa de planta ovalada. Dentro había un cráneo humano, dos vasos cerámicos y una tablilla con inscripciones en un alfabeto extraño.

La primera excavación se realizó por cuenta de la Société d'émulation du Bourbonnais. Una nota publicada en el boletín de esta agrupación llamó la atención del doctor Antonin Morlet (1882-1965), médico de Vichy aficionado a la arqueología que se interesó por el sitio justo cuando los Fradin estaban considerando olvidarse del asunto y volver a labrar el terreno. [...] elcorreo.com

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