jueves, 20 de marzo de 2014

El sol sale por Antequera, de verdad



El Dolmen de Viera vuelve a ser escenario estos días, como desde hace 4.500 años, del impresionante espectáculo del equinoccio de primavera
Un año más, y ya van más de 4.500, el Dolmen de Viera es desde el miércoles un gran escenario único para el equinoccio de primavera. Un espectáculo de luz y energía que puede contemplarse en este cambio de estación, tal y como lo contemplaban entre el IV y el III milenio las sociedades de finales del Neolítico y principio de la Edad de los Metales. La alineación del sol al amanecer dentro del monumento megalítico indicaba a los primitivos pobladores de la Vega de Antequera que comenzaba un nuevo ciclo de renovación de la vida, de la naturaleza y de las cosechas. Hoy, esa misma eclosión única de luz nos indica que la naturaleza sigue viva, aunque el mundo haya cambiado lo suyo.

Además, ese efecto de luninosidad solar que se consigue al amanecer, en uno de los dos momentos del año en que los dos polos de la Tierra se encuentran a igual distancia del Sol, servía a las sociedades para rendir homenaje a los muertos que reposaban en la cámara sepulcral existente en el interior del dolmen, según explica el historiador Ángel Fernández, guía del conjunto dolménico.

Miércoles, jueves y viernes, los amanececeres son únicos en este monumento, considerado un sepulcro de corredor, formado por un largo pasillo segmentado en dos tramos, al final del cual se dispone una cámara de planta cuadrangular a la que se accede por medio de una puerta perforada cuadrangularmente en la primera losa.

El Conjunto Arqueológico Dólmenes de Antequera lo conforma los Dólmenes de Menga, Viera y El Romeral en Antequera, y está considerado como uno de los mejores y más conocidos exponentes del megalitismo europeo. En 1886, el Dolmen de Menga fue declarado Monumento Nacional. En 1923, el Dolmen de Viera. El Tholos de El Romeral pertenece al Tesoro Artístico Arqueológico Nacional desimpulsa ahora que el conjunto sea declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Desde 2006, la administración andaluza programa las 'Celebraciones del Sol', unas citas únicas para admirar desde los distintos dólmenes los equinoccio de primavera y otoño (Viera), el solsticio de vereano (Menga) y el solsticio de invierno (Romeral). Para disfrutarlos solo hacen falta dos requisitos: inscribirse y madrugar. Y el madrugón merece la pena para comprobar que, de verdad, en un amanecer único, el sol sale por Antequera. M. EUGENIA MERELO / diariosur.es

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