- Sigue sin poder confirmarse la coexistencia del hombre Neandertal y el hombre moderno en esta cueva canguesa
- El estado «revuelto» de uno de los niveles del yacimiento impide ratificar la teoría y obliga a buscar una explicación geológica
Mario Menéndez conversa con el equipo del alemán Gerd-Christian Weniger, en una imagen tomada en septiembre de 2012, durante los trabajos desarrollados en la Güelga. :: NEL ACEBAL |
La cueva de La Güelga esconde un misterio, pero aún no se
ha podido descubrir cuál es. Las diferentes excavaciones desarrolladas
desde el año 1999 en este yacimiento cangués por el equipo de la
Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), que dirige Mario
Menéndez, han podido constatar la presencia de restos procedentes tanto
del hombre Neandertal como del hombre moderno, lo que confirma que la
cueva estuvo ocupada por ambas especies. La peculiaridad de la
estratificación de este yacimiento es, sin embargo, que los restos de
ambas culturas han aparecido en secuencias iterestratificadas. Esto es,
en la capa superior, más superficial y por lo tanto más reciente se han
localizado restos de la cultura Châtelperroniense (industrial
correspondiente al hombre Neandertal), en otra más profunda y por lo
tanto anterior se habrían encontrado restos de la Auriñaciense (cultura
atribuida al Homo sapiens, hombre anatómicamente moderno, nuestra
especie) y en una última secuencia, la más antigua, se han localizado
nuevamente restos de ocupación del hombre Neandertal. Este
descubrimiento ha hecho creer durante años a los expertos que esta cueva
no sólo estuvo ocupada por el hombre Neandertal y el hombre moderno,
sino que incluso pudieron haber coexistido entre los años 40.000 y
35.000 antes del presente, en base a la teoría de la presencia tardía
del Neandertal en esta zona.
Alentados por esta singularidad en la estratificación del
yacimiento cangués, que lo convierte en único en el Península Ibérica,
se desplazó hasta este lugar en septiembre de 2012 el equipo del alemán
Gerd-Christian Weniger, profesor de la Universidad de Colonia, director
del Museo del Neandertal de Mettman, y reconocido especialista
internacional en el campo de la transición entre el hombre de Neandertal
y el hombre moderno.
Componentes minerológicos
Durante unos días ambos equipos trabajaron codo con codo
para recoger nuevas muestras con las que los expertos alemanes han
llevado a cabo durante todo este tiempo un minucioso estudio
microestratigráfico de los componentes minerológicos que se encuentran
en los diferentes niveles de la excavación y de su disposición. Estos
trabajos han dado sus primeros resultados pero, según explica el
director de la UNED, Mario Menéndez, no son suficientemente concluyentes
como para confirmar la coexistencia de ambos hombres en la gruta
canguesa. «Las pruebas realizadas han determinado que la secuencia
superior, en teoría la más moderna y donde se han localizado restos de
la cultura Châtelperroniense, está removida», explica Menéndez.
Cueva de La Güelga |
La datación cronológica llevada a cabo con la prueba del
carbono 14 sí confirma que los huesos localizados en esta capa
corresponden al hombre Neandertal, porque los sitúa hace 37.000 años,
pero no se puede llegar a ninguna conclusión sobre la coexistencia de
las dos especies, por el momento, al encontrarse estas muestras en una
secuencia con el sedimento revuelto. «Al estar revuelta esa secuencia no
sabemos si la presencia del hombre Neandertal en esta época es real»,
reconoce Mario Menéndez, quien no tira la toalla y se propone encontrar
un razonamiento geológico que explique por qué este nivel del
yacimiento, con restos del hombre Neandertal y localizado sobre otro en
el que se descubrieron restos culturales del hombre moderno, se
encuentra en este estado.
Mario Menéndez tratará este tema hoy, a partir de las 19.30
horas, en una conferencia bajo el título 'Neandertales y humanos
modernos en la Prehistoria del valle del Sella. 30 años de
investigaciones' que ofrecerá en el Instituto de Estudios Asturianos de
Oviedo. ANA MORIYÓN / elcomercio.es
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