lunes, 7 de abril de 2014

Mensaje en una jarra de barro

Los almacenes del Museu d'Història de Barcelona conservan miles de objetos de la más variada procedencia

La Jarra de Santa Caterina, en su estantería del centro de conservación del Museo de Historia de Barcelona / Foto: Carmen Secanella
Ficha:
Nombre: Jarra de Santa Caterina
Fecha del hallazgo: 2001
Número de inventario: MHCB 36805
Centre de Conservació i Restauració del MUHBA
Sala de reserva de material cerámico
Estantería 3

Al principio eran apenas tres fragmentos cerámicos. Tres más entre los más de 40.000 objetos que guarda el Museu d’Història de Barcelona (MUHBA) en su discreto (deliberada y afortunadamente discreto) almacén de la Zona Franca. Los trozos de barro estaban inventariados por separado. Se trataba de un asa, el borde de una vasija, una base... Habían sido encontrados en unas excavaciones en el Mercat de Santa Caterina en el año 2001. Nadie imaginaba que pertenecían a la misma pieza. Hasta que un estudio de los doctores Miquel Molist i Montaña y Anna Gómez Bach, de la Universitat Autònoma de Barcelona, determinó que formaban parte del mismo objeto. Era una vasija y podía considerarse una pieza excepcional.

Hoy, esos fragmentos han sido unidos y la jarra ha cobrado forma. De apenas un palmo de altura, se guarda en una estantería baja en el almacén de la Zona Franca, en condiciones de conservación (humedad, temperatura, iluminación...) que para sí quisieran algunos seres vivos. Y cuando hay que moverla, se sitúa en un carrito con ruedas. Las manos son un apéndice demasiado inestable como para transportar una pieza de esa categoría.

Una pieza muy innovadora

¿Qué nos cuenta la Jarra de Santa Caterina? Se sabe muy poco de ella, pero en cuestiones arqueológicas, lo que no se sabe también puede tener su importancia. No se sabe con certeza si es una producción local. Eso significa que no se ha hallado nada similar en la ciudad. Podría tratarse de una pieza foránea, creada incluso fuera de la Península. Por tanto, alguien tuvo que traerla hasta aquí. Y en consecuencia eso significaría que en aquel momento había intercambios –movimiento de personas y objetos- a través del Mediterráneo. 

‘Aquel momento’ quiere decir 1.800 años antes de nuestra era, a finales del Calcolítico e inicios del bronce inicial. El informe de los doctores Molist y Gómez la describe con estas palabras: “Forma alta, boca estrecha y cerrada y fondo plano. Contrariamente a la mayoría, no presenta decoración. Es una pieza que, estilística y tecnológicamente, es muy innovadora y tenemos muy pocos paralelismos en los asentamientos contemporáneos”.

“Es una pieza extraña en el contexto cronológico en que aparece. Una pieza de la prehistoria de Barcelona”,  explican Josep Bracons, jefe del Departament de Col.leccions i Centres Patrimonials; Emili Revilla, responsable de l’Arxiu Arqueològic, y Aitor Parra, responsable de la Col.lecció del MUHBA. [...] eldiario.es

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