Our ancient ancestors’ ability to move around and find new sources of
groundwater during extremely dry periods in Africa millions of years
ago may have been key to their survival and the evolution of the human
species, a new study shows.
The research – published in the journal PLOS ONE
– combines geological evidence from the Olduvai sedimentary basin in
Northern Tanzania, which formed about 2.2 million years ago, and results
from a hydrological model.
It shows that while water in rivers
and lakes would have disappeared as the climate changed due to
variations in the Earth's orbit, freshwater springs fed by groundwater
could have stayed active for up to 1000 years without rainfall.
“A
major unknown connected with human evolution in this climatically
turbulent environment is the availability of resources, particularly
freshwater,” says lead author Dr Mark Cuthbert, holder of a European
Community-funded Marie Curie Research Fellowship at UNSW’s Connected
Waters Initiative and University of Birmingham (UK).
Potable water
in rivers or lakes in the region is likely to have been scarce, owing
to salinity, drought and the short-lived flow of streams. Groundwater
may have provided “a key alternative potable resource for sustaining
life” in this environment. [...] newsroom.unsw.edu.au via archaeologynewsnetwork
El Grupo PRECIT del Área de Prehistoria de la Universidad de Alcalá
ha firmado un convenio de colaboración académica e investigadora con la
Universidad de Tübingen para trabajar en el entorno del dolmen de
Azután, Puente del Arzobispo (Toledo). Con el apoyo del Instituto
Arqueológico Alemán, este convenio facilita una investigación intensiva
con la codirección de la profesora Primitiva Bueno de la UAH. En los
trabajos de campo han colaborado alumnos del Máster de Arqueología y
Gestión del Patrimonio en el Interior peninsular (UAH) junto con
estudiantes alemanes.
Las campañas de excavación subvencionadas por la Junta de Castilla
La-Mancha delataron en el dolmen de Azután (Toledo), una de las más
antiguas construcciones megalíticas ibéricas, evidencias del uso de
trigo, la harina de bellota y los más antiguos datos del uso de la miel
obtenidos en Europa, mediante fechas Carbono 14.
Las investigaciones actuales, también apoyadas por la Junta de
Castilla La-Mancha, consisten en la identificación de lugares de
habitación a través de prospecciones superficiales, prospecciones
geomagnéticas y teledetección satelital, todas técnicas no intrusivas.
Los primeros resultados han permitido señalar, al menos, dos recintos de
fosos en las proximidades del dolmen y otro más cercano a la actual
localidad de Azután. Estos recintos, no conocidos hasta el momento en la
provincia de Toledo, son áreas delimitadas por fosos excavados entre IV
y III milenio antes de la Era por los mismos grupos que construyeron
megalitos.
La continuación del proyecto abre expectativas para valorar la
posición de antiguos grupos productores en la zona interior del río
Tajo, igualando los datos del interior peninsular a los obtenidos en
conjuntos europeos de la fachada atlántica. Algunos de los puntos de
mayor interés para la continuación de las investigaciones son las
posibilidades de datación, las asociaciones funerarias, las relaciones
entre los distintos recintos y la caracterización arquitectónica y
funcional. El apoyo constante de los vecinos de Azután, Toledo, ha
resultado fundamental para las investigaciones.