La cueva riosellana forma parte, junto a Altamira y El Castillo, de un estudio para determinar si guardan el arte paleolítico más antiguo de Europa
Ribadesella, P. MARTÍNEZ
La cueva riosellana de Tito Bustillo protagonizará próximamente las
páginas de la conocida revista científica National Geographic, que
además ha financiado el viaje de varios investigadores que, junto con el
arqueólogo Rodrigo de Balbín, analizan la datación de las cuevas
cantábricas.
La estancia se produjo a primeros del pasado mes
de octubre, como relata De Balbín, quien calcula que los resultados del
estudio podrían publicarse el año que viene. Esta investigación enlaza
con la que concluyó que las cuevas de Tito Bustillo y las de Altamira y
El Castillo, en Cantabria, albergan el arte paleolítico más antiguo de
los datados en Europa, con pinturas que tienen entre 35.000 y casi
41.000 años.
En el proyecto participan diferentes centros y
universidades y quisieron renovarlo pidiendo financiación al Gobierno
español, que sin embargo «no la concedió», explica Rodrigo de Balbín.
Fue entonces cuando entró National Geographic con una aportación
económica para que Anistair Pike, de la universidad de Southampton
(Reino Unido) y Dick Hoffman, del Centro Nacional de Investigación sobre
la Evolución Humana, (CENIEH), de Burgos, viajasen hasta la cornisa
cantábrica.
La cantidad exacta se desconoce, aunque se cree
que es pequeña, pues De Balbín, por ejemplo, tuvo que costearse el
viaje. Llegaron a Ribadesella tras visitar Altamira y El Castillo «para
confirmar con las muestras que había una serie de ellas que se podían
ampliar», detalló el arqueólogo y profesor de la universidad madrileña
de Alcalá de Henares, además de investigador de la cueva de Tito
Bustillo. El científico acompañó a sus colegas de Southampton y del
CENIEH a las cuevas de Llonín, en el concejo de Peñamellera Alta, y La
Lluera, en Oviedo. Además, personalmente los guió por las grutas de Los
Casares y El Reno, en Guadalajara.
En el proyecto para datar
las cuevas cantábricas también participan Paul Petit, César González, de
la Universidad de Santander; Marcos de la Rasilla, de la Universidad de
Oviedo y Marcos García, de la Universidad del País Vasco, entre otros y
hasta contar once científicos. Según la última datación que realizaron,
una de las figuras de la galería de los antropomorfos de Tito Bustillo
tiene una antigüedad que oscila entre los 35.500 y 29.600 años. Además,
en la cueva cántabra de El Castillo se ha determinado que algunas de las
huellas de manos y discos rojos tienen al menos 40.800 años -lo más
antiguo del mundo- y en la de Altamira descubrieron unas figuras en el
Techo de los Polícromos que tienen 35.600 años, 10.000 más de lo que se
pensaba. Esto ha sido posible por la nueva forma de datación, el método
de la serie del uranio, mediante en el que se pueden datar costras y
formaciones calcíticas que están en contacto directo con las
representaciones rupestres, por encima o por debajo de ellas.
En
cuanto a las investigaciones que el propio Rodrigo de Balbín dirige en
el yacimiento riosellano, el arqueólogo explicó que están «lentamente
elaborando la memoria de los trabajos» y que antes de comenzar una nueva
campaña deberá ver la luz la publicación de la última que realizaron.
lne.es/
Noticia relacionada: 24/04/13.
National Geographic Society patrocina un "ambicioso proyecto" de datación del arte de las cuevas de Cantabria
Es un programa internacional, autorizado por el Gobierno de Cantabria, para datar el arte rupestre
La prestigiosa institución National Geographic Society patrocina un "ambicioso proyecto" de datación del arte de las cuevas de Cantabria . Se trata de un programa internacional, autorizado por el Gobierno de Cantabria , para datar el arte rupestre y entender el origen de esas manifestaciones artísticas.
Según ha informado el Gobierno de Cantabria en nota de prensa, la revista Science publicó en junio del año pasado los resultados sobre las dataciones del arte rupestre de las cuevas de Cantabria que permitieron certificar que las primeras evidencias del comportamiento artístico y simbólico se documentan en las cuevas de Cantabria y Altamira.
La relevancia científica y social de estos primeros resultados, y la potencialidad que ofrecen un buen número de cuevas de Cantabria , como los grandes conjuntos de El Castillo, La Pasiega y Altamira, han sido objeto de interés por parte de la National Geographic Society, institución internacional que recientemente ha aprobado un proyecto denominado 'En busca del arte más antiguo en Europa-Datación por la serie del Uranio del arte rupestre paleolítico'.
Se trata de un programa de investigación internacional que tiene como objetivo datar el arte rupestre paleolítico de Cantabria y Europa (Portugal, Francia e Italia) con el fin de comprender el origen del pensamiento simbólico y las especies involucradas en el desarrollo de la expresión artística. Está dirigido por Dirk Hoffmann (Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana,) y que integra investigadores de la Universidad del País Vasco (Marcos García Diez), Universidad de Barcelona (Joao Zilhao) y Universidad de Southampton (Alistair Pike).
La transcendencia del proyecto, apoyado desde sus inicios por la Consejería de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Cantabria y el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, supuso un hito en los estudios de arte prehistórico.
Fue posible obtener fechas por el método de la serie del Uranio de calcitas asociadas a pinturas y dibujos realizados con materias colorantes inorgánicas (principalmente óxidos de hierro). Gracias a ello ha sido posible conocer que algunos motivos de manos y discos de la cueva de El Castillo fueron realizados hace al menos 40.000 años.
A su vez, fue posible asegurar que el arte más antiguo de la cueva de Altamira no tenía en torno a 20.000 años tal y como se presuponía, sino que sus primeras figuras se realizaron hace al menos 36.000 años.
Además, los primeros resultados publicados han abierto el debate sobre el autor de esas primeras imágenes en el interior de las cuevas: Homo sapiens u Homo neanderthalensis, poniendo de este modo en duda la tradicional consideración de que la capacidad artística es una característica exclusiva de nuestra especie.
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