La histórica medida, con el informe favorable de los investigadores, contempla un régimen de visitas sometido a controles «severos, rigurosos y pautados»
Altamira se reabrirá al público con restricciones tras doce
años de cierre ininterrumpido. Las pinturas, consideradas la ‘capilla
sixtina’ del arte Paleolítico, volverán a ver la luz. El Patronato de
Altamira, convocado en la mañana de hoy en el Museo y Centro de
Interpretación de Santillana del Mar, anunciará que la cueva, cerrada a
los visitantes desde febrero de 2002, volverá a recibir visitantes de
acuerdo con el informe favorable de los investigadores.
Las pinturas de arte rupestre más importantes del mundo,
entre ellas el famoso bisonte, estarán sometidas, no obstante, a un
régimen de visitas estrictamente limitado y a muy rigurosos controles de
la cavidad. La reapertura, que se aprobará hoy, supone un nuevo paso
histórico en el complejo equilibrio que mantiene la cueva en su
condición de icono cultural y turístico universal y la necesidad de
preservar su patrimonio. Además representa un hito para el futuro de
Cantabria, dado que rescata y revaloriza su mayor símbolo patrimonial en
el mundo.
Los detalles de los criterios de acceso a la cueva se
desvelarán hoy. Es decir, el cómo y el quién de acuerdo a las diversas
estaciones del año y la evolución de la propia cueva. Para ello los
informes de los investigadores serán determinantes, aunque existe el
antecedente de dos décadas (1982-2002) de visitas limitadas.
Atrás quedan sucesivos trabajos que o bien desaconsejaban
una nueva apertura o bien abrían la puerta a una futura tanda de visitas
en las condiciones que indicaran los expertos. La decisión del
Patronato tiene su origen en las últimas investigaciones abordadas por
los expertos que iniciaron su labor en septiembre de 2012 y que han
conducido a este anuncio histórico.
Analizadas las condiciones actuales de la cueva su
reapertura será efectiva en plazos que se desvelarán de acuerdo a «un
régimen muy severo, riguroso y pautado» de visitas. En realidad,
Altamira puede vivir en este 2014 el inicio de una nueva etapa que
vuelve a la situación originada en 1982, cuando se optó por una
reapertura de la cueva con visitas restringidas sometidas a la sucesión
regular de los estudios del CSIC. Antes la cueva original ya había sido
sometida a un primer cierre parcial en 1977.
La última reunión del Patronato, que reanudó en 2012 sus
reuniones periódicas tras un largo paréntesis por desavenencias
políticas entre las administraciones que lo integran, ya apuntó entre
sus conclusiones una clara posibilidad de reapertura. Fue en junio del
pasado año cuando los investigadores llegaron a asegurar que «las
pinturas de Altamira no corren peligro». Cincuenta expertos, tras los
primeros ocho meses de estudios, se inclinaban por no descartar reabrir
la cueva a visitas controladas, tras certificar que «evoluciona según su
proceso natural», subrayaron públicamente el pasado verano ante la
presencia del presidente regional Ignacio Diego, y del secretario de
Estado de Cultura, el santanderino José María Lassalle.
Los expertos apuntan ahora que los análisis más recientes
revelan un dato contundente: en la actualidad, el arte de las cuevas más
famosas del mundo «evoluciona naturalmente y no se halla en peligro».
En esa última convocatoria, no obstante, se mostraron prudentes a la
hora de anticipar decisiones sobre el futuro público y social del sitio
prehistórico de Santillana.
Los investigadores apelaron a lo «provisional» de esas
primeras conclusiones, dado que al actual programa aún le resta
oficialmente más de medio año de estudios meticulosos por parte de esos
cincuenta especialistas. En todo caso, ya se avanzó que, de persistir el
estado ahora detectado en la cueva, «podría llegar a plantearse su
reapertura, siempre a través de un régimen de visitas controlado que
permita garantizar el equilibrio entre la conservación y su puesta en
valor social».
En cualquier caso, los expertos subrayaron que sería
impensable recobrar una apertura masiva de la cavidad con las cifras de
visitantes registradas en los años setenta. El director científico y la
coordinadora del denominado ‘Programa de Investigación para la
Conservación Preventiva y Régimen de Acceso de la Cueva de Altamira’,
Gaël de Guichen, y la investigadora Marián del Egido concluyeron tras la
reunión del Patronato que «las pinturas de la cueva de Altamira no
corren peligro».
Aunque fuera prematura cualquier decisión, los expertos
especificaron la necesidad de trabajar en la búsqueda de soluciones
intermedias que permitan el equilibrio entre «visitas y conservación».
De Guichen matizó de manera firme que resulta «impensable
que vuelvan a entrar 177.000 personas al año a la cueva, pero es preciso
buscar una solución intermedia para poder mostrar esta maravilla al
tiempo que se conservan sus pinturas». Los análisis ya invitaban a
estudiar una futura reapertura de la cavidad siempre que se garantice
ese equilibrio. Marián del Egido precisó, el pasado año, que para dar
cualquier paso en esa dirección «necesitamos estar seguros» y subrayaba
que aún falta un trayecto importante de la investigación. Y Gaël de
Guichen hacía hincapié en la necesidad de determinar ese «punto de
equilibrio» entre la conservación de la cueva y las pinturas y su
disfrute público para lo cual se deberán «analizar más datos de los
distintos grupos de trabajo».
Hace precisamente tres años, durante la presidencia de
Miguel Ángel Revilla, se llegó a anunciar una reapertura de la cueva que
no se concretó finalmente. La medida que anunciará hoy el Patronato se
suma a la vida de unas cuevas que fueron descubiertas en 1879 por
Marcelino Sanz de Sautuola y su hija María. Cabe recordar, además, que
hace cinco años la Unesco declaró Patrimonio de la Humanidad 17 cuevas
prehistóricas de la cornisa cantábrica.
En agosto de hace dos años se aprobaba un programa de
investigación destinado a revelar precisamente si en 2014 sería posible
establecer un régimen de visitas a la cueva. Cuarenta y ocho
investigadores en cinco equipos comenzaron a abordar el actual estudio
destinado a elaborar propuestas de conservación y sostenibilidad, que ha
conducido hasta esta decisión histórica que supone la reapertura de
Altamira.
Ignacio Diego presidirá un pleno en el que estará también Botín
El Patronato de Altamira está formado actualmente por el
presidente de Cantabria, Ignacio Diego; el secretario de Estado de
Cultura, José María Lassalle; el consejero de Educación, Cultura y
Deporte del Gobierno de Cantabria, Miguel Ángel Serna. También forman
parte de este organismo el presidente de la Fundación Botín, Emilio
Botín –que no pudo acudir al último pleno del Patronato, pero hoy sí
estará presente–, que ejerce las funciones de vicepresidente; el rector
de la Universidad de Cantabria, José Carlos Gómez Sal; el rector de la
Universidad Internacional Menéndez Pelayo, César Nombela; el director
del Museo Altamira, José Antonio Lasheras; el subdirector general de
Museos Estatales, Enrique Varela; el director de Cuevas Prehistóricas,
Roberto Ontañon; el director del Museo Arqueológico Nacional, Andrés
Carretero; el director de Museos Prehistóricos de Cantabria, Pedro
Fernández; los directores generales de Cultura y Bellas Artes, Joaquín
Solanas y Jesús Prieto, respectivamente; y el alcalde de Santillana del
Mar, Isidoro Rábago.
En la anterior reunión del Patronato, celebrada el 15 de
junio de 2013, el presidente cántabro, Ignacio Diego, explicó que «todos
los ciudadanos están preocupados por lo que sucede con Altamira» y por
ello calificó de «ilusionante» el momento derivado de las
investigaciones impulsadas por el propio Patronato un año antes, cuando
se decidió encargar un nuevo estudio científico para determinar la
«posibilidad» de volver a retomar el acceso «controlado» de visitas a la
cavidad cántabra.
Guillermo Balbona /
eldiariomontanes.es
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Los nueve investigadores de la cueva
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Cinco personas entrarán una vez por semana en Altamira hasta agosto
Altamira se reabrirá al público con carácter experiemntal y con muchas
restricciones tras doce años de cierre ininterrumpido. Las pinturas,
consideradas la ‘capilla sixtina’ del arte Paleolítico, volverán a ver
la luz para grupos reducidos hasta agosto. El Patronato de Altamira,
convocado en la mañana de hoy en el Museo y Centro de Interpretación de
Santillana del Mar, anunciará que la cueva, cerrada a los visitantes
desde febrero de 2002, volverá a recibir visitantes de acuerdo con el
informe favorable de los investigadores. Solo podrán entrar en la cueva
cinco personas por semana acompañadas de un guía. Los integrantes de los
grupos serán elegidos por sorteo...
Actualización.
Altamira volverá a recibir visitas
El Patronato de las cuevas de Altamira, cerradas por última vez hace
doce años, ha anunciado este sábado que se van a permitir visitas
experimentales a la cavidad, de cinco personas y un guía a la semana. La
duración de las mismas será de 37 minutos y se realizarán hasta el
próximo mes de agosto.
Las personas que participen en las mismas se elegirán por sorteo
entre aquellas que acudan al Museo y Centro de Investigación, --que
alberga la réplica de la gruta--, el mismo día en que se realice la
visita. Este programa de visitas experimentales se iniciará en breve...
Actualización 19-01-14.
Vídeo.
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López Marcano pide prudencia porque el potencial de Altamira "sólo se verá intensificado cuando la apertura sea real"...
Actualización 21-01-14.
Altamira caves to reopen
The Cantabria complex, dubbed the Sistine Chapel of Paleolithic art, will host weekly groups of five...
Actualización 22-01-14.
Lasheras: Las visitas en Altamira, serían escasas y controladas, si las hay
Santander, 22 ene (EFE).- El director del Museo de Altamira, José
Antonio Lasheras, sostiene que es pronto para saber si los estudios
científicos determinarán la apertura de la cueva, cerrada desde 2002,
pero avisa de que, si al final se propone retomar las visitas, serán
"muy escasas" y con un control "muy notable".
Este pasado fin de
semana el Patronato de Altamira acordó que la cueva prehistórica situada
en Santillana del Mar (Cantabria) reciba, de forma experimental,
visitantes y eso permita analizar el impacto de la presencia humana
antes de decidir definitivamente si se reabre o no al público.
Esas
visitas experimentales se harán durante 37 minutos, con cinco personas
más el guía cada semana, para dar continuidad a los estudios sobre el
estado de la cueva que se realizan desde septiembre de 2012.
Esta
nueva fase de los estudios podría considerarse, según comenta Lasheras
en una entrevista con Efe, como unos "experimentos científicos con
visitas".
Comenzarán en breve, aunque no se ha concretado fecha, y
para ello ya se está formado al personal que trabaja de cara al público
en el Museo de Altamira.
El sistema para seleccionar a quienes
accedan a la cueva será con un sorteo, al que podrán apuntarse las
personas que ese mismo día visiten el Museo.
Lasheras, que lleva
veinte años al frente del Museo y Centro de Investigación de Altamira,
destaca que a todo el mundo le gustaría que todos los visitantes -rondan
los 250.000 anuales- pudieran entrar en la cueva, pero precisa que eso
sería "incompatible" con la conservación de este bien, Patrimonio de la
Unesco desde 1985.
Con este sistema de sorteo que ha aprobado el
Patronato, se espera, "que la satisfacción que se va a dar a algunas
personas sea también colectiva", y supere a "la frustración" de quienes
no sean elegidos.
El director del Museo recuerda que Altamira ha
estado sometida a periodos de cierre para su preservación no solo en los
últimos años, sino también en otras etapas de su historia reciente (por
ejemplo, de 1979 a 1982).
De hecho, de 1982 a 2002 la cueva
estuvo abierta con un cupo de visitas que "variaba mes a mes", en
función de la estación del año, con unas 8.000 personas anuales y una
media de 20 ó 25 al día.
"En mayo entraban solo dos grupos de
cinco personas al día y en octubre entraban ocho grupos de cinco
personas al día, con todas las situaciones intermedias en los otros
meses", comenta el director del Museo.
Pero con esas cifras de
visitantes, en esa época se detectaron ya "riesgos" que obligaron a
proponer el cierre de Altamira, explica Lasheras.
Por eso, avisa
de que cuando se conozca el resultado de los estudios científicos -a
partir de agosto-, la recomendación "puede ser perfectamente que la
cueva tenga que seguir sin visitas públicas".
Y recalca que, si
al final se aprueba algún régimen de visitas que sea compatible con la
conservación, "siempre será bajo condiciones de control muy notables" y
"muy estrictas".
Además, esa entrada de visitantes sería "muy
escasa", "si es que lo hay". "Pero estamos lejos de saber cuál será la
recomendación", apostilla el director del Museo.
A los
'afortunados' que puedan acceder a Altamira, Lasheras hace una
recomendación: "Que se relajen, disfruten y se dejen llevar por las
emociones".
En la visita experimental que se ha diseñado se
recorrerán aproximadamente la mitad de los 270 metros lineales de la
cueva, y quienes la hagan contemplarán los ejemplos más significativos
del arte del Paleolítico que encierra Altamira.
Y en la zona de
Policromos, donde se encuentran los famosos bisontes de Altamira, los
visitantes permanecerán menos de diez minutos.
José Antonio
Lasheras incide en que no se olvidan las 4.700 cartas de interesados de
todo el mundo en visitar Altamira y que forman una lista de espera que
se cerró en 2002.
Según comenta, el compromiso es "utilizarla" si
en algún momento Altamira vuelve a abrirse, pero ese no es el caso
ahora, ya que el número de visitas experimentales es tan "exiguo" que se
decidió recurrir a otro sistema.
Pilar Palazuelos
Actualización 23-01-14.
¿Qué pasa con Altamira? En 15 meses, del rojo al verde
El Patronato de Altamira ha anunciado que se reabrirán las cuevas de Altamira, cerradas desde hace sólo 12 años. Cuando el científico Sergio Sánchez del Moral, del Museo Nacional de Ciencias Naturales
(CSIC) me lo anunció hace poco más de un año, no quise creeerle, pero
su destitución y la de sus compañeros como responsables de la
conservación de la cueva, después de 15 años, hacía presagiar que
acabaría sucediendo.
Sánchez del Moral y Juan Carlos Cañaveras,
de la Universidad Autónoma de Madrid, junto con otros investigadores,
llevaban más de una década controlando el delicadísimo ecosistema
interior de la cueva que acoge las pinturas rupestres más famosas del
mundo, Patrimonio de la Humanidad, es decir, de todos, no de los
cántabros, ni siquiera de los españoles, ni de los europeos...
Actualización 23-01-14.
Las visitas experimentales a Altamira no comenzarán antes de "finales de febrero"
"Yo para hablar del pasado, sirvo, para hablar del futuro, mal", ironiza Lasheras sobre el futuro de la cueva
EUROPA PRESS. Las visitas experimentales a la cueva de Altamira
(Cantabria)
no comenzarán hasta, al menos, "finales de febrero", hasta que no se
reúna el grupo de investigación y presente su plan de visita.
"Estamos muy lejos de que se inicien las visitas", ha asegurado en
declaraciones a Europa Press, el director del Museo de Altamira, el
historiador y científico, José Antonio Lasheras, quien ha hecho un
llamamiento a la "tranquilidad".
Ha reconocido que la "avalancha"
de llamadas al Museo que hubo en las siguientes horas a saltar la
noticia de las visitas experimentales en la reunión celebrada en el
Patronato de Altamira el pasado 18 de enero --sobre todo de personas que
se encontraban en la lista de espera cuando se cerró la cueva hace doce
años-- ya ha pasado y esta semana todo ha ido ya "normal".
Según
ha opinado, "ya todo el mundo entiende" que se trata de visitas "muy
concretas", "previstas" dentro del Programa de Investigación para la
Conservación Preventiva y Régimen de Acceso a la Cueva que se viene
realizando desde 2012 y que tiene como fecha de conclusión el próximo
septiembre aproximadamente, con lo que debe el trabajado debe estar
acabado y con el informe de resultados redactado este mismo otoño.
"CONVICCIÓN" EN QUE SE ESTÁ HACIENDO LO "ADECUADO"
Más
que con la "esperanza" de que este estudio permita confirmar la
reapertura al público de Altamira, Lasheras lo afronta con la
"convicción" y "satisfacción" de que se está haciendo, a su juicio,
"conveniente" y lo "adecuado" para la conservación de Altamira, "con
independencia de que el resultado sea uno u otro".
"En estos
momentos lo que yo crea al respecto... Además, yo para hablar del
pasado, sirvo, para hablar del futuro, mal", ha ironizado Lasheras, que
ha señalado que, como historiador y científico, trabaja "con datos, no
con creencias".
Ha explicado que en este momento "lo que se ofrece
es disfrutar conociendo Altamira en este momento", a través del Museo.
"Lo que pueda ofrecer en el futuro es otra cosa y no se puede avanzar
nada", ha dicho.
Sí ha reconocido que las "pocas personas" que
podrán participar en las visitas experimentales en Altamira van a sentir
una "satisfacción enorme" y una experiencia que, "para muchos,
resultará inolvidable".
Sin embargo, ha resaltando que también las
240.000 personas que entraron en el Museo de Altamira en 2013 se fueron
"satisfechas" y, más de un 90 por ciento, calificaron de "excelente" la
visita.
LOS SORTEOS "SIN PREVIO AVISO PÚBLICO"
En
cuanto a los sorteos, ha explicado que "no hay nada decidido al
respecto todavía", aunque cree que "lo normal" es que los sorteos sean
"sin previo aviso público".
"Yo ahora mismo no sé si el grupo que
tiene que evaluar esas visitas estará en condiciones de preverlas con
mucha antelación", ha aseverado, quien cree que, para informar de ellas,
el Museo se limitará a colgar un cartel en la taquilla el día que haya
visita para que los interesados en participar en el sorteo se apunten.
"No hace falta más", ha añadido.
Estas visitas experimentales, que
tendrán una duración de 37 minutos, durarán, según lo previsto, hasta
agosto, cuando se esperan las conclusiones de los investigadores sobre
el estado de conservación de la cavidad y sus pinturas, por las que se
la conoce como la 'Capilla Sixtina' del arte rupestre paleolítico, y se
determine también la posible reapertura al público.
Se llevarán a
cabo en base a un protocolo y controles "muy estrictos", establecidos en
la primera fase del programa científico, y de acuerdo con los cuales
los visitantes del Museo que accedan a la cavidad deberán usar la misma
vestimenta y calzado que utilizan los investigadores. Así, tendrán que
llevar monos desechables, gorros, guantes, mascarillas y un calzado
especial, que se someterá además al lavado de suela y desinfección.
También
se controlarán determinados parámetros, como la estancia en cada zona
de la cueva o la iluminación, y se evitará el contacto con la roca o la
toma de imágenes, todo ello para minimizar el posible impacto de la
presencia humana. En el transcurso de la visita se controlará en el
interior de la cavidad la temperatura del aire y de la roca, la humedad,
la contaminación microbiológica, las aguas de infiltración o el CO2.
Sí se establecerá una "edad límite" para las visitas. Además de la
edad, Lasheras recuerda que la cueva "no es accesible" por lo que se
recomendará que las personas con problemas de movilidad no entren, lo
mismo que aquellas que padezcan claustrofobia o tengan problemas
respiratorios ante la humedad de la misma.