martes, 25 de abril de 2017

La cerveza, la bebida que cambió el rumbo de la historia


 
ni jerarquías ni propiedad privada. Solo una amplia sabana por recorrer y un mundo nuevo por conocer. Los recursos naturales, inagotables. Las comunidades humanas, fraternales. Las relaciones eróticas, abiertas, amistosas y desinhibidas. Así fueron los tiempos de los primeros homo sapiens que pisaron el planeta: un paraíso. Con sus más y sus menos, pero idílico al fin y al cabo. Mas todo cambió cuando se les antojó el elixir de los dioses: la cerveza.

Tal y como explica Roberto del Ferrero, un leonés que se dedica a investigar los nexos entre la historia de la cerveza y de la sexualidad -a lo que ha denominado como Cervexología-, el ser humano y los animales conocen el alcohol desde la noche de los tiempos. “La diferencia entre aquellos protohumanos y el resto de los mamíferos es que hace diez millones de años un antepasado común con los gorilas y los chimpancés sufrió una mutación en la encima ADH4 que le permitió digerir sin mayores problemas el alcohol”. Según la revisión bibliográfica de la asociación cervecera pucelana Ninkasi, a la que pertenece Roberto, esto supuso una ventaja adaptativa: “La fermentación de los frutos caídos de los árboles les aportó mayores nutrientes y un poco de diversión, tanto que hizo que bajaran de los árboles y que les costara volver a subir”. [...] Deia


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